Introducción: Un verano diferente
Marta y Luis son dos amigos que viven en Madrid. Ambos estudian en la universidad. Marta tiene 22 años y estudia historia del arte, mientras que Luis, que tiene 23 años, estudia ingeniería. Aunque tienen personalidades muy diferentes, son amigos desde pequeños. Marta es extrovertida y siempre tiene ganas de conocer gente nueva. Le encanta viajar y ha estado en varios países de Europa. Por otro lado, Luis es más reservado. Le gusta quedarse en casa leyendo libros o viendo películas. Hasta ahora, nunca ha salido de España, y la idea de viajar lo pone un poco nervioso.
Este verano, Marta tiene un plan especial: quiere hacer un viaje por América Latina. Ha ahorrado dinero todo el año para poder viajar durante tres meses. Invitó a Luis a acompañarla, y después de pensarlo mucho, Luis decidió que era una buena oportunidad para salir de su zona de confort. Aunque no está completamente seguro, confía en que Marta sabrá cómo manejar cualquier situación difícil que se presente.
—¡Este va a ser el mejor verano de nuestras vidas! —dice Marta emocionada mientras preparan las maletas.
Luis sonríe, pero por dentro está un poco preocupado. “¿Qué pasará si me pierdo o si no entiendo a la gente?”, piensa. Sin embargo, sabe que Marta siempre encuentra la manera de hacer las cosas más fáciles.
El plan es empezar el viaje en México y, desde ahí, visitar varios países, como Guatemala, Perú, y Panamá. Ambos están emocionados por la idea de conocer nuevas culturas, probar comidas diferentes y practicar su español con nativos.
El día del viaje ha llegado. Están en el aeropuerto de Madrid, listos para embarcar en su vuelo a Ciudad de México. Marta no puede dejar de sonreír y hablar de todos los lugares que van a visitar. Luis, por su parte, trata de relajarse y no pensar en los posibles problemas.
—Vamos a aprender mucho y, lo más importante, ¡nos vamos a divertir! —dice Marta con entusiasmo.
—Eso espero —responde Luis, mirando la gran pantalla con los horarios de los vuelos.
Este será el comienzo de una gran aventura, llena de momentos emocionantes, algunos desafíos, pero, sobre todo, muchas experiencias inolvidables.
Capítulo 1: El vuelo a México
El avión despega de Madrid a las nueve de la mañana. Marta y Luis están sentados juntos, en la fila 14. Marta, como siempre, habla sin parar sobre lo emocionada que está por el viaje. Luis, en cambio, no puede evitar sentirse un poco nervioso. Nunca ha volado durante tantas horas.
—¿Estás bien? —le pregunta Marta, notando que Luis está en silencio.
—Sí, estoy bien. Solo estoy un poco preocupado por lo que pueda pasar cuando lleguemos a México —responde Luis.
—No te preocupes tanto. Todo va a salir bien. Solo tenemos que disfrutar del viaje —dice Marta con una sonrisa.
El vuelo es largo, casi 12 horas, pero Marta y Luis aprovechan el tiempo para dormir un poco y ver algunas películas. A medida que se acercan a México, Luis empieza a sentirse un poco más tranquilo. Después de todo, es solo el comienzo del viaje, y Marta parece tener todo bajo control.
Cuando el avión aterriza en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, Marta está más emocionada que nunca. Luis, por otro lado, se siente cansado pero aliviado de haber llegado sin problemas.
—¡Bienvenidos a México! —anuncia el piloto por los altavoces.
Marta y Luis bajan del avión y se dirigen a la aduana. Aquí es donde empiezan los verdaderos desafíos. Los oficiales de aduana hablan rápido, y aunque ambos han estudiado español en la escuela, no siempre entienden todo lo que dicen.
—¿Tienen algo que declarar? —pregunta el oficial de aduanas.
—No, nada —responde Marta, tratando de sonar segura.
Luis, por su parte, está buscando su pasaporte en la mochila y no lo encuentra. Empieza a ponerse nervioso.
—¿Qué pasa? —le pregunta Marta, al ver que Luis está revisando su mochila desesperadamente.
—No encuentro mi pasaporte —responde él, con una expresión de pánico.
—Tranquilo, debe estar en algún lugar. Búscalo con calma —le dice Marta, tratando de calmarlo.
Finalmente, después de unos minutos que parecen horas, Luis encuentra el pasaporte en uno de los bolsillos de su mochila. Se lo muestra al oficial, que lo revisa rápidamente y les permite entrar al país.
—Eso estuvo cerca —dice Luis, todavía nervioso.
—Lo ves, no fue tan difícil —responde Marta con una sonrisa.
Ya en el aeropuerto, recogen sus maletas y salen al área de taxis. La primera misión es encontrar su hotel, pero Ciudad de México es enorme y el tráfico es caótico.
—¿Tienes la dirección del hotel? —pregunta Luis, preocupado por no saber cómo llegar.
—Sí, aquí está. Vamos a tomar un taxi —responde Marta, señalando un cartel que dice “Taxis autorizados”.
Suben al taxi y Marta le da la dirección al conductor. Durante el trayecto, Luis mira por la ventana, impresionado por el tamaño de la ciudad. Hay muchos edificios, coches, y personas caminando por las calles. El ruido del tráfico es constante.
—¡Es increíble lo grande que es esta ciudad! —exclama Luis.
—Sí, es enorme. Pero pronto nos acostumbraremos —responde Marta.
Después de un rato, llegan al hotel. Está en el centro histórico, cerca de la famosa plaza llamada el Zócalo. El hotel es pequeño pero acogedor, y después de registrarse, ambos suben a sus habitaciones.
—Creo que voy a descansar un poco —dice Luis, tirándose en la cama.
—No, no, no. ¡Nada de descansar! Vamos a salir a conocer la ciudad —responde Marta con energía.
Luis suspira. “Este va a ser un viaje muy largo”, piensa, pero también siente que quizá será una experiencia que nunca olvidará.
Vocabulario importante:
- Aduana: Oficina en el aeropuerto donde los oficiales controlan lo que entra y sale del país.
- Declarar: Informar a las autoridades si llevas algo importante o caro.
- Pasaporte: Documento necesario para viajar entre países.
- Reservación: Confirmación de que tienes una habitación o lugar reservado.
- Zócalo: La plaza principal en el centro de muchas ciudades de México.
Preguntas de comprensión:
- ¿Cómo se siente Luis antes de abordar el avión?
- ¿Qué problema tiene Luis en la aduana?
- ¿Cómo llega Marta y Luis al hotel en Ciudad de México?
- ¿Qué piensa Luis al ver la ciudad desde el taxi?
- ¿Qué quiere hacer Marta después de llegar al hotel?
Capítulo 2: Un paseo por el Zócalo
Al día siguiente, Marta y Luis se levantan temprano para explorar Ciudad de México. El clima es agradable, un poco fresco por la mañana, pero saben que hará más calor durante el día. Después de un desayuno rápido en el hotel, salen a caminar.
—Hoy vamos a conocer el Zócalo —dice Marta, mirando un mapa que compró en la tienda del hotel.
El Zócalo es la plaza principal de la ciudad, y es uno de los lugares más importantes e históricos de México. En el centro de la plaza ondea una enorme bandera de México, y alrededor hay varios edificios antiguos, como la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional.
—Es impresionante —comenta Luis cuando llegan a la plaza.
El Zócalo está lleno de gente. Hay turistas sacando fotos, vendedores ambulantes que ofrecen todo tipo de productos, y locales caminando rápidamente hacia sus trabajos. Marta y Luis se detienen un momento para admirar la catedral.
—¿Entramos? —pregunta Marta.
—Claro, pero después quiero probar algo de comida local. Me está dando hambre —responde Luis.
—¡Todavía es temprano! Vamos a caminar un poco más —insiste Marta.
Después de visitar la catedral, deciden pasear por las calles cercanas. Las calles están llenas de tiendas, restaurantes y pequeños mercados. Cada rincón tiene algo nuevo por descubrir. Luis se siente un poco abrumado por la cantidad de gente y el ruido de la ciudad, pero Marta parece estar en su elemento.
—Mira, allá venden tacos —dice Luis, señalando un puesto en la esquina.
—¡Perfecto! Vamos a probarlos —responde Marta, emocionada.
Se acercan al puesto de tacos y piden dos tacos de carnitas cada uno. El vendedor, un hombre mayor con una gran sonrisa, les sirve los tacos rápidamente.
—¿Con salsa? —les pregunta el vendedor.
Marta toma un poco de salsa verde, pero Luis duda.
—¿Es muy picante? —pregunta.
—No mucho, pero mejor empieza con poca —responde el vendedor, riendo.
Se sientan en un banco cercano para comer. Los tacos son deliciosos, llenos de sabor y con un toque picante que sorprende a Luis.
—¡Esto está buenísimo! —exclama Luis después de la primera mordida.
—Te lo dije, la comida mexicana es increíble —responde Marta, sonriendo.
Después de comer, deciden seguir explorando. Caminan hacia el Templo Mayor, un sitio arqueológico en el centro de la ciudad que muestra las ruinas de un antiguo templo azteca. Marta ha leído mucho sobre la historia de los aztecas, y está emocionada de ver el lugar en persona.
—Es increíble pensar que aquí, hace siglos, vivía una de las civilizaciones más importantes del mundo —dice Marta, admirando las ruinas.
Luis, aunque no es tan apasionado por la historia como Marta, también está impresionado. El contraste entre las ruinas antiguas y los edificios modernos que rodean el sitio le parece fascinante.
—Es como estar en dos mundos al mismo tiempo —comenta Luis.
Después de visitar el Templo Mayor, deciden volver al hotel para descansar un poco antes de la siguiente aventura. Sin embargo, cuando intentan regresar, se dan cuenta de que no saben exactamente en qué dirección está el hotel.
—¿Tienes el mapa? —pregunta Luis, preocupado.
—Sí, pero no estoy segura de por dónde vinimos —admite Marta, mirando a su alrededor.
Luis se ríe. “Sabía que algo así pasaría”, piensa. Aunque no están lejos, las calles se ven muy similares, y es fácil perderse.
—Bueno, parece que vamos a tener que pedir ayuda —dice Marta, acercándose a una mujer que camina por la calle.
—Disculpe, ¿sabe cómo podemos llegar a esta dirección? —pregunta Marta, mostrando la dirección del hotel en el mapa.
La mujer, muy amable, les explica cómo llegar. Les indica que deben caminar dos cuadras más hacia el norte y luego girar a la derecha.
—¡Gracias! —dice Luis, aliviado de saber que ya están cerca.
Siguen las indicaciones de la mujer y, después de unos minutos, encuentran el camino de regreso al hotel. Aunque estaban un poco perdidos, ambos están de buen humor.
—Fue un buen primer día —dice Luis, ya más relajado.
—Y eso que apenas hemos empezado. ¡Nos queda mucho más por ver! —responde Marta con entusiasmo.
Mañana será otro día lleno de aventuras, pero por ahora, están felices de haber conocido un poco más de la vibrante y caótica Ciudad de México.
Vocabulario importante:
- Zócalo: La plaza central en muchas ciudades de México, especialmente famosa en Ciudad de México.
- Catedral: Iglesia grande y principal de una ciudad.
- Templo Mayor: Ruinas de un antiguo templo azteca en el centro de Ciudad de México.
- Tacos de carnitas: Un tipo de taco mexicano hecho con carne de cerdo.
- Salsa: Salsa mexicana que puede ser picante, hecha con diferentes tipos de chiles y otros ingredientes.
Preguntas de comprensión:
- ¿Qué lugar visitan primero Marta y Luis en Ciudad de México?
- ¿Cómo describe Luis el Zócalo?
- ¿Qué tipo de tacos comen Marta y Luis?
- ¿Cómo se siente Luis después de probar los tacos?
- ¿Qué problema tienen cuando intentan regresar al hotel?
Capítulo 3: La fiesta en Guadalajara
Después de varios días explorando Ciudad de México, Marta y Luis toman un autobús hacia Guadalajara, en el estado de Jalisco. Han escuchado que la ciudad es famosa por su cultura, su música mariachi y, por supuesto, por el tequila. Además, están emocionados porque llegaron justo a tiempo para el Festival internacional del mariachi.
Cuando bajan del autobús, se dirigen al pequeño hotel donde se hospedarán. Es un lugar sencillo pero cómodo, y está cerca del centro de la ciudad, lo que les permitirá explorar fácilmente. Después de dejar sus maletas, Marta no puede esperar más para salir a conocer la ciudad.
—Vamos al centro, quiero ver la plaza y escuchar a los mariachis —dice Marta con entusiasmo.
Luis, todavía un poco cansado por el viaje en autobús, se ríe.
—Siempre tienes energía, ¿verdad? —pregunta.
—¡Por supuesto! ¡Estamos en Guadalajara! —responde Marta, tirando de Luis hacia la puerta.
Cuando llegan al centro, la ciudad está llena de vida. Las calles están decoradas con banderas de colores, y en cada esquina se escuchan las notas de las trompetas y las guitarras. Los mariachis tocan canciones tradicionales mientras la gente aplaude y canta con ellos. El ambiente es alegre, y hasta Luis, que suele ser más reservado, se siente contagiado por la energía.
—¡Esto es increíble! —exclama Luis, mientras observan a un grupo de mariachis tocar frente a una gran multitud.
Marta sonríe y comienza a bailar al ritmo de la música.
—Ven, vamos a bailar —le dice a Luis, tirando de su brazo.
Luis, que no es muy bueno bailando, se resiste un poco al principio, pero al final se deja llevar. Ambos se mezclan con la gente, riendo y disfrutando del momento.
Después de un rato, deciden tomar un descanso y se sientan en una pequeña plaza. Están rodeados de puestos de comida y artesanías. Marta ve un puesto que vende sombreros típicos y se acerca a comprar uno.
—Este es el souvenir perfecto —dice, poniéndose un sombrero grande y sonriente.
—Te queda bien —comenta Luis.
En ese momento, un grupo de jóvenes locales se acerca a ellos.
—Hola, ¿de dónde son? —pregunta uno de los chicos, notando que no parecen locales.
—Somos de España, estamos viajando por América Latina —responde Marta.
Los chicos, emocionados por conocer extranjeros, los invitan a una fiesta que están organizando esa misma noche. Marta, siempre dispuesta a conocer gente nueva, acepta la invitación de inmediato.
—¡Claro, nos encantaría ir! —dice.
Luis, por otro lado, está un poco más nervioso. No está seguro de cómo será la fiesta, ni de qué esperar, pero decide confiar en Marta.
Esa noche, se preparan para la fiesta. El lugar es una casa grande con un patio lleno de luces y música. Cuando llegan, Marta y Luis son recibidos con calidez por los anfitriones. Todos están bailando y disfrutando de la noche.
—Vamos a presentarnos y a practicar nuestro español —dice Marta.
Durante la fiesta, Marta y Luis tienen la oportunidad de hablar con varios locales. Aunque al principio están un poco nerviosos, pronto se sienten más cómodos. La gente es muy amable y los ayuda a mejorar su español corrigiendo algunas frases o explicándoles palabras que no conocen.
—Tu español es muy bueno —le dice una chica a Luis, sorprendida de que pueda hablar tan bien.
—Gracias, pero aún me falta mucho por aprender —responde Luis, sonrojándose un poco.
—No te preocupes, aquí puedes practicar todo lo que quieras —le dice la chica con una sonrisa.
La música sigue sonando y la fiesta continúa hasta tarde. Luis, que al principio estaba nervioso por asistir, ahora está disfrutando de la experiencia. Baila, habla con la gente, e incluso prueba algunos tragos de tequila.
—No pensé que me lo pasaría tan bien —admite Luis mientras se sientan un momento a descansar.
—Te lo dije, viajar no es solo ver lugares, sino también conocer a la gente y aprender de ellos —responde Marta, feliz de ver a su amigo tan relajado.
La noche termina y, aunque están agotados, Marta y Luis están llenos de nuevos recuerdos. Al regresar al hotel, ambos se sienten más conectados con la cultura mexicana y agradecidos por la oportunidad de haber hecho nuevos amigos.
—Hoy fue uno de esos días que nunca olvidaré —dice Luis, antes de quedarse dormido.
Marta sonríe. Sabe que este es solo el principio de muchas aventuras más por venir.
Vocabulario importante:
- Mariachi: Un estilo de música tradicional mexicana, tocado por bandas con guitarras, violines y trompetas.
- Tequila: Una bebida alcohólica típica de México, hecha del agave.
- Sombrero: Un tipo de sombrero grande y tradicional usado en México, especialmente en fiestas.
- Souvenir: Objeto que se compra para recordar un lugar o experiencia.
- Fiesta: Celebración o reunión con música, comida y baile.
Preguntas de comprensión:
- ¿Por qué están emocionados Marta y Luis de visitar Guadalajara?
- ¿Qué compró Marta en la plaza?
- ¿Cómo se siente Luis al principio de la fiesta?
- ¿Qué hacen los locales para ayudar a Marta y Luis con su español?
- ¿Cómo describe Luis la noche al final del capítulo?
Capítulo 4: Explorando las ruinas mayas
Después de su emocionante estancia en Guadalajara, Marta y Luis continúan su viaje. Esta vez, viajan hacia el sureste de México, a la región de la Riviera Maya, famosa por sus playas, cenotes, y, por supuesto, las antiguas ruinas mayas.
Llegan a Tulum, un lugar conocido por sus impresionantes ruinas situadas junto al mar Caribe. Al bajar del autobús, sienten el calor tropical y la brisa marina.
—Esto es un paraíso —dice Marta, respirando profundamente el aire fresco.
—Sí, pero hace mucho calor —responde Luis, secándose el sudor de la frente.
—Deja de quejarte, ¡vamos a ver las ruinas! —dice Marta, riendo.
Compran sus entradas y entran al sitio arqueológico. Las ruinas de Tulum son únicas porque están ubicadas en un acantilado con vista al mar. Marta, emocionada por su pasión por la historia, comienza a contarle a Luis todo lo que sabe sobre los mayas.
—Los mayas fueron una de las civilizaciones más avanzadas de su tiempo. Construyeron ciudades enteras, desarrollaron un sistema de escritura y un calendario muy preciso —explica Marta mientras caminan por el sitio.
—¿Sabes qué es lo que más me impresiona? —pregunta Luis—. Que pudieran construir todo esto sin la tecnología moderna. ¡Es increíble!
Mientras exploran, ven templos antiguos, plataformas ceremoniales y murallas que protegían la ciudad. Uno de los edificios más impresionantes es El Castillo, una gran estructura que servía como faro para los barcos mayas.
—Imagina lo que debió ser vivir aquí hace siglos, viendo el mar todos los días desde estos templos —dice Marta, admirando las vistas.
Después de caminar por las ruinas, deciden bajar a la playa que está justo debajo del acantilado. La arena blanca y el agua cristalina son irresistibles, y ambos se quitan los zapatos para caminar por la orilla.
—Es como estar en el pasado y en el presente al mismo tiempo —comenta Luis, mirando hacia las ruinas y luego hacia el mar.
—Eso es lo que más me gusta de estos lugares —responde Marta—. La historia está viva, pero también puedes disfrutar del presente.
Después de un rato, se sientan en la arena para descansar. Mientras miran las olas, Marta saca una pequeña guía de su mochila y empieza a leer más sobre la civilización maya.
—¿Sabías que los mayas también eran grandes astrónomos? Tenían un profundo conocimiento de las estrellas y creían que el universo estaba dividido en varios niveles —dice Marta.
—Me pregunto cómo sería vivir en una sociedad tan conectada con la naturaleza y el cosmos —responde Luis, pensativo.
Mientras hablan, el cielo empieza a oscurecerse ligeramente. Luis mira hacia las nubes y frunce el ceño.
—Parece que va a llover —dice.
—No puede ser. ¡Si hace sol! —responde Marta, pero en ese momento escucha un trueno a lo lejos.
Rápidamente recogen sus cosas y empiezan a caminar hacia la salida del sitio arqueológico. La lluvia comienza lentamente, pero en pocos minutos se convierte en un aguacero.
—¡Corre! —grita Marta, riendo mientras intentan encontrar un refugio.
Encuentran un pequeño techo cerca de la entrada y se protegen de la tormenta. Están empapados, pero no pueden dejar de reírse de la situación.
—Parece que siempre terminamos en algún tipo de aventura —dice Luis, con una sonrisa.
—Eso es lo que hace los viajes divertidos —responde Marta, sacudiéndose el agua del pelo.
Después de unos minutos, la lluvia disminuye, y aunque están mojados, deciden volver al autobús que los llevará de regreso al pueblo de Tulum.
—A pesar de la lluvia, este fue uno de los mejores días del viaje —dice Luis mientras suben al autobús.
—Estoy de acuerdo. Las ruinas mayas son realmente algo especial —responde Marta.
En el camino de vuelta al pueblo, ambos miran por la ventana. Luis se siente más relajado, como si la magia de las ruinas mayas lo hubiera conectado con algo más grande. La historia, la naturaleza, y la gente que han conocido durante el viaje están cambiando la forma en que ve el mundo.
—Creo que estoy empezando a entender por qué te gusta tanto viajar —admite Luis.
—Te lo dije, no es solo ver lugares, es sentirlos —responde Marta, sonriendo.
El autobús sigue su camino, y aunque están cansados, están emocionados por lo que vendrá después. Cada día es una nueva oportunidad para aprender algo nuevo, ya sea sobre la historia antigua o sobre ellos mismos.
Vocabulario importante:
- Ruinas: Restos de edificios antiguos, generalmente de una civilización desaparecida.
- Acantilado: Un terreno elevado con una pendiente pronunciada que cae hacia el mar.
- Templos: Edificios religiosos donde se llevaban a cabo ceremonias.
- Aguacero: Una lluvia muy fuerte que cae de manera repentina.
- Astrónomos: Personas que estudian las estrellas y el universo.
Preguntas de comprensión:
- ¿Qué lugar visitan Marta y Luis en este capítulo?
- ¿Qué características hacen a las ruinas de Tulum especiales?
- ¿Qué actividad disfrutan Marta y Luis después de explorar las ruinas?
- ¿Qué hace que tengan que salir corriendo del sitio arqueológico?
- ¿Cómo describe Luis su experiencia después de visitar las ruinas?
Capítulo 5: Un problema en el hotel
Después de su emocionante visita a las ruinas de Tulum, Marta y Luis deciden tomarse un día de descanso. Reservan una habitación en un hotel cerca del mar en Cancún, conocido por sus playas paradisíacas y resorts de lujo. Están ansiosos por relajarse después de tantos días de exploración.
Llegan al hotel por la tarde. El edificio es moderno, con una gran piscina que parece fusionarse con el horizonte del mar. En la entrada, un recepcionista sonriente los recibe.
—Buenas tardes. ¿Tienen una reservación? —pregunta el recepcionista.
—Sí, reservamos una habitación doble hace dos semanas. A nombre de Marta García —responde Marta, mientras busca la confirmación en su teléfono.
El recepcionista revisa en el sistema, pero de repente su expresión cambia.
—Lo siento mucho, pero no encuentro ninguna reservación a ese nombre —dice, un poco confundido.
—Eso no puede ser —responde Marta, mostrando su teléfono con el correo de confirmación—. Aquí está, reservamos el 15 de septiembre.
El recepcionista revisa nuevamente en el sistema, pero sigue sin encontrar la reservación.
—Lamento mucho el inconveniente. Parece que hubo un error en nuestro sistema y no se procesó la reservación correctamente. Desafortunadamente, estamos completamente llenos esta noche —explica el recepcionista con tono serio.
Luis suspira, claramente molesto.
—¿Y ahora qué hacemos? —pregunta, mirando a Marta.
Marta se queda pensativa por un momento, pero no se deja llevar por el estrés.
—Podemos buscar otro hotel cercano —dice, intentando mantener la calma—. ¿Conoces algún lugar que tenga habitaciones disponibles? —pregunta al recepcionista.
El recepcionista hace una llamada rápida a otro hotel de la zona. Después de hablar un momento por teléfono, cuelga y les da buenas noticias.
—Hay un hotel a unos diez minutos de aquí que tiene una habitación disponible. Es un poco más sencillo que este, pero es cómodo y seguro.
—Gracias, lo tomaremos —responde Marta, decidida a no dejar que el problema arruine su día.
Después de un breve trayecto en taxi, llegan al nuevo hotel. Es más pequeño y menos lujoso que el primero, pero es acogedor y tiene lo esencial. La recepcionista del nuevo hotel los recibe amablemente y les da la llave de su habitación.
—Al menos tenemos donde quedarnos —dice Luis mientras suben al cuarto.
La habitación es sencilla, con dos camas, un pequeño baño y una ventana que da a un jardín. No tiene vistas al mar como esperaban, pero está limpia y es tranquila.
—Bueno, no es lo que planeábamos, pero no está mal —comenta Marta, siempre buscando el lado positivo.
—Sí, pero ya me estaba imaginando esa piscina del primer hotel —responde Luis, con una sonrisa cansada.
—No te preocupes, mañana podemos pasar el día en la playa. Seguro será igual de relajante —responde Marta, optimista.
Esa noche, deciden cenar en el restaurante del hotel. Es un lugar pequeño pero encantador, con luces suaves y música tranquila. Mientras esperan la comida, Luis se queda pensativo.
—Sabes, me impresiona cómo siempre mantienes la calma cuando algo sale mal —dice Luis, mirando a Marta.
—Bueno, he aprendido que en los viajes siempre hay imprevistos. Si te estresas por cada problema, no disfrutas el viaje. Es mejor encontrar soluciones y seguir adelante —responde Marta, sonriendo.
Luis asiente, pensando en cómo él suele ponerse nervioso cuando las cosas no salen según lo planeado.
—Debería aprender de ti. Yo me pongo ansioso cuando las cosas se complican —admite.
—No te preocupes, con el tiempo mejorarás. Lo importante es no dejar que los problemas arruinen la experiencia —le dice Marta, dándole un pequeño empujón en el brazo.
Después de la cena, deciden caminar por la playa, que está a solo unos minutos del hotel. Aunque el día no salió como esperaban, disfrutan de la brisa marina y del sonido de las olas.
—Mira, al final no está tan mal, ¿verdad? —pregunta Marta, mirando el mar bajo la luz de la luna.
—No, tienes razón. Este lugar también es bonito. Tal vez no era lo que planeábamos, pero está bien —responde Luis, sintiéndose más relajado.
Pasan un rato en la playa, hablando y riendo, antes de regresar al hotel. A pesar de los contratiempos, terminan el día de buen humor, listos para disfrutar de la playa al día siguiente.
Vocabulario importante:
- Reservación: Confirmación de que tienes un lugar o habitación asegurada en un hotel o restaurante.
- Recepcionista: Persona que trabaja en la entrada de un hotel, encargada de atender a los huéspedes.
- Error en el sistema: Problema técnico que causa que algo no funcione como debería.
- Disponibilidad: La posibilidad de tener acceso a algo, como una habitación en un hotel.
- Sencillo: Algo simple o básico, sin lujos.
Preguntas de comprensión:
- ¿Qué problema tienen Marta y Luis al llegar al primer hotel?
- ¿Cómo resuelve Marta la situación?
- ¿Cómo es el nuevo hotel comparado con el primero?
- ¿Qué le impresiona a Luis sobre Marta?
- ¿Cómo terminan la noche después de cenar?
Capítulo 6: Aventura en el bosque
Después de unos días de descanso en la playa, Marta y Luis deciden que es hora de volver a la aventura. Esta vez, se dirigen hacia Oaxaca, una región en el sur de México famosa por su cultura indígena, su gastronomía y sus paisajes naturales. Pero lo que más les atrae es la oportunidad de hacer una caminata por un bosque cercano.
—Siempre quise hacer senderismo en un lugar como este —dice Marta mientras revisa su mochila, asegurándose de llevar todo lo necesario.
Luis, aunque menos entusiasta, también está listo para la caminata.
—Espero que no sea demasiado difícil —dice, un poco preocupado—. Nunca he hecho una caminata larga antes.
—No te preocupes, es un sendero fácil. Solo tenemos que seguir las señales —responde Marta con confianza.
Al llegar al punto de inicio, son recibidos por un guía local que les da algunas instrucciones básicas.
—El sendero es seguro, pero es importante que sigan las señales en los árboles para no perderse. El clima puede cambiar rápidamente, así que estén preparados —les advierte el guía antes de despedirse.
Comienzan la caminata por un sendero que atraviesa un bosque espeso y verde. A medida que avanzan, el aire se vuelve más fresco, y el sonido de los pájaros y el viento entre los árboles los rodea. Luis, que al principio estaba nervioso, empieza a relajarse.
—Esto es muy tranquilo —comenta Luis, disfrutando del entorno natural—. Es un buen cambio después de tantos días en ciudades.
—Exactamente. A veces es bueno desconectar y estar en la naturaleza —responde Marta, quien camina un poco más adelante.
Después de una hora caminando, llegan a un mirador que ofrece una vista espectacular de las montañas y el bosque que los rodea. Se detienen un momento para descansar y disfrutar del paisaje.
—Vale la pena la caminata solo por esta vista —dice Luis, sacando su teléfono para tomar algunas fotos.
Marta sonríe, contenta de que su amigo esté disfrutando la experiencia. Pero justo cuando están a punto de continuar, notan que el cielo comienza a nublarse rápidamente.
—Parece que va a llover —dice Luis, preocupado.
—Vamos, sigamos adelante. No estamos tan lejos del final del sendero —responde Marta, aunque también empieza a sentir un poco de preocupación.
Continúan caminando, pero al poco tiempo, las primeras gotas de lluvia empiezan a caer. Primero, es una llovizna suave, pero pronto se convierte en una fuerte lluvia.
—¡Corre, hay que buscar un refugio! —grita Marta mientras ambos aceleran el paso.
Siguen caminando lo más rápido que pueden, pero el sendero se vuelve resbaladizo y las señales en los árboles se hacen más difíciles de ver. En un momento de distracción, toman un desvío equivocado y, sin darse cuenta, se alejan del sendero principal.
—¿Estás segura de que vamos por el camino correcto? —pregunta Luis, que empieza a sentirse nervioso otra vez.
—Creo que sí… pero mejor revisamos el mapa —responde Marta, sacando un mapa del sendero que había guardado en su mochila.
Se detienen un momento bajo un árbol grande, tratando de protegerse de la lluvia mientras revisan el mapa. Después de unos minutos, Marta se da cuenta de que están en el lugar equivocado.
—Nos desviamos un poco, pero no estamos muy lejos. Si seguimos hacia el este, deberíamos encontrar el sendero de nuevo —dice Marta, tratando de sonar tranquila.
Luis asiente, aunque por dentro está un poco asustado. Caminan de vuelta por el camino que tomaron, pero la lluvia no para y la visibilidad es cada vez peor. Después de unos minutos, logran encontrar una señal que indica la dirección correcta.
—¡Aquí está! —exclama Marta, aliviada.
Siguen caminando por el sendero correcto y, finalmente, llegan al final del recorrido, donde el guía local los está esperando, un poco preocupado.
—¡Me alegra verlos! Estaba empezando a preocuparme. Este clima puede ser traicionero —dice el guía, sonriendo.
Marta y Luis, empapados pero a salvo, también sonríen, aliviados de haber llegado.
—Bueno, eso fue una verdadera aventura —dice Luis, riéndose de la situación ahora que ha pasado el peligro.
—Te lo dije, siempre es emocionante cuando algo inesperado sucede —responde Marta.
De regreso en el pueblo, toman una bebida caliente para recuperar fuerzas y se sientan a reflexionar sobre la caminata.
—A veces me pregunto por qué siempre terminamos en estas situaciones —dice Luis, con una sonrisa irónica.
—Es porque somos aventureros, y los aventureros siempre encuentran desafíos —responde Marta, levantando su taza en un gesto de brindis.
Ambos se ríen, contentos de haber superado otro desafío juntos. La aventura en el bosque, aunque llena de momentos tensos, será sin duda una de las experiencias más memorables de su viaje.
Vocabulario importante:
- Sendero: Camino pequeño y estrecho que se utiliza para caminar, especialmente en la naturaleza.
- Guía: Persona que lidera y da información en una excursión o viaje.
- Refugio: Lugar donde puedes protegerte del mal tiempo.
- Mirador: Lugar alto desde donde se puede ver un paisaje extenso.
- Desvío: Camino alternativo que te aleja de la ruta principal.
Preguntas de comprensión:
- ¿Por qué deciden Marta y Luis hacer una caminata en Oaxaca?
- ¿Qué les advierte el guía antes de comenzar la caminata?
- ¿Qué sucede cuando comienza a llover durante la caminata?
- ¿Cómo se dan cuenta de que han tomado un desvío incorrecto?
- ¿Cómo terminan la caminata y cómo se sienten al final?
Capítulo 7: La playa de Cancún
Después de la aventura en el bosque de Oaxaca, Marta y Luis se dirigen a su siguiente destino: Cancún. Esta vez, no hay planes de exploración o caminatas, solo quieren relajarse y disfrutar de las famosas playas de arena blanca y aguas cristalinas.
Llegan a Cancún en la mañana, y el cielo está despejado, con el sol brillando intensamente. El hotel donde se alojan esta vez está justo frente a la playa, y desde su habitación pueden escuchar el suave sonido de las olas.
—Esto es exactamente lo que necesitábamos —dice Luis, mirando el mar desde el balcón.
—Sí, después de tantos días de aventura, creo que merecemos un poco de descanso —responde Marta, mientras desempaca su maleta.
Deciden pasar el día entero en la playa. Después de ponerse sus trajes de baño, bajan al área de la piscina y luego caminan hacia la playa. La arena está tan fina que parece polvo, y el agua es de un color azul turquesa que les quita el aliento.
—Esto es como estar en el paraíso —comenta Marta, estirándose en una tumbona bajo una sombrilla.
Luis, que no suele ser de los que disfrutan quedarse mucho tiempo sin hacer nada, también se siente completamente relajado. Se pone un poco de protector solar y se tumba en una tumbona al lado de Marta.
—Tal vez esto no esté tan mal después de todo —dice Luis, cerrando los ojos mientras escucha el sonido de las olas.
Pasado un rato, deciden entrar al agua. El mar está en calma, y la temperatura es perfecta. Nadan durante un tiempo, riendo y disfrutando del día sin preocupaciones. Luis, que normalmente es más reservado, se siente libre y sin tensiones.
—Creo que este es el mejor día de todo el viaje —dice, flotando sobre el agua.
—Te lo dije. A veces es necesario descansar para poder disfrutar más de las aventuras —responde Marta, salpicando un poco de agua en dirección a Luis.
Después de un rato en el agua, regresan a la orilla y piden algo de comida. Los camareros del hotel traen bebidas frías y platos de pescado fresco. Comen bajo la sombra de la sombrilla, disfrutando del sonido de las olas y la tranquilidad de la playa.
—Este pescado es increíble —comenta Luis mientras toma otro bocado.
—Todo aquí es increíble. Creo que no quiero irme nunca —responde Marta, riendo.
Pero la paz y la relajación no duran mucho. Mientras terminan de comer, un hombre que trabaja en el hotel se acerca corriendo hacia ellos, con una expresión preocupada.
—Disculpen, tenemos una pequeña emergencia en la playa —les dice el hombre.
Marta y Luis se miran, preocupados.
—¿Qué sucede? —pregunta Marta.
—Parece que hay una advertencia de tormenta tropical. Va a llegar pronto y necesitamos que todos se refugien en el hotel —explica el hombre, señalando el cielo, que empieza a llenarse de nubes oscuras.
De repente, el clima soleado cambia rápidamente. El viento comienza a soplar más fuerte, y las olas, que antes eran suaves, ahora son más grandes y golpean la orilla con fuerza.
—No puede ser… —dice Luis, mientras recoge sus cosas rápidamente.
Marta y Luis, junto con los demás turistas, corren de regreso al hotel. El personal del hotel les indica que vayan a sus habitaciones y se queden dentro hasta que pase la tormenta.
Cuando llegan a su habitación, el viento ya está soplando con fuerza y pueden escuchar el sonido de la tormenta acercándose. Las palmeras se doblan por la fuerza del viento, y el cielo está completamente cubierto de nubes grises.
—Esto no es lo que esperaba para hoy —dice Luis, mirando por la ventana.
—Bueno, al menos estamos a salvo en el hotel. No podemos hacer mucho más que esperar a que pase —responde Marta, sentándose en la cama.
La tormenta dura varias horas. Fuera, la lluvia cae con fuerza y los vientos sacuden las ventanas. Pero, afortunadamente, el hotel está bien preparado para este tipo de situaciones y todo parece estar bajo control.
Finalmente, al final de la tarde, la tormenta empieza a calmarse. Las nubes se disipan poco a poco, y el viento disminuye. Aunque el clima sigue un poco nublado, ya no es peligroso.
—Parece que ya pasó lo peor —dice Luis, aliviado.
—Sí, aunque no fue el día de playa que imaginábamos —responde Marta, riendo.
Deciden salir del hotel para ver cómo está la playa después de la tormenta. Aunque hay algunas ramas de palmeras caídas y la arena está un poco desordenada, todo parece estar en buen estado.
—Bueno, al menos seguimos en Cancún, y seguro mañana volverá a salir el sol —dice Marta, optimista como siempre.
—Tienes razón. A veces los planes no salen como esperábamos, pero eso también es parte del viaje —responde Luis, sonriendo.
Al día siguiente, el clima mejora, y Marta y Luis disfrutan de otro día en la playa. A pesar de la tormenta, Cancún sigue siendo uno de los lugares más hermosos que han visitado, y ambos están agradecidos de haber pasado por esa experiencia juntos.
Vocabulario importante:
- Sombrilla: Objeto grande que se usa para protegerse del sol en la playa.
- Tormenta tropical: Fenómeno meteorológico con fuertes lluvias y vientos en zonas tropicales.
- Tumbona: Silla larga utilizada para recostarse y relajarse, especialmente en la playa.
- Protector solar: Crema que se usa para proteger la piel del sol.
- Advertencia: Aviso sobre un peligro o situación que puede ocurrir.
Preguntas de comprensión:
- ¿Por qué están emocionados Marta y Luis al llegar a Cancún?
- ¿Cómo describe Luis su día en la playa antes de que comience la tormenta?
- ¿Qué emergencia ocurre mientras están en la playa?
- ¿Qué hacen Marta y Luis para protegerse de la tormenta?
- ¿Cómo terminan el día después de que pasa la tormenta?
Capítulo 8: En Ciudad de Panamá
Después de disfrutar las playas de Cancún y de superar la tormenta tropical, Marta y Luis toman un vuelo hacia su próximo destino: Ciudad de Panamá. Este es el primer país fuera de México que visitan en su viaje, y ambos están emocionados por la oportunidad de explorar una ciudad tan moderna, conocida por su famoso Canal de Panamá.
Al aterrizar, notan de inmediato las diferencias entre Ciudad de Panamá y los lugares anteriores que han visitado. Los rascacielos dominan el horizonte, y el tráfico es intenso en las avenidas principales. La ciudad parece una mezcla de lo moderno y lo histórico.
—¡Mira esos edificios! Parece una ciudad futurista —comenta Luis, impresionado por la arquitectura.
—Sí, pero también tiene su parte antigua. El Casco Viejo es una de las áreas más bonitas, dicen que es como viajar en el tiempo —responde Marta, que ya ha leído sobre la ciudad.
Después de instalarse en su hotel, deciden que su primera parada debe ser, por supuesto, el Canal de Panamá. Toman un taxi que los lleva hasta las Esclusas de Miraflores, una de las áreas más famosas del canal donde pueden ver el funcionamiento del sistema de esclusas que permite que los barcos atraviesen de un océano al otro.
Al llegar, compran sus boletos para entrar al centro de visitantes. Hay varias exhibiciones interactivas sobre la historia del canal y su construcción, algo que les llama mucho la atención a ambos.
—Este lugar es impresionante. No puedo creer que hayan construido algo tan grande hace más de 100 años —dice Luis, mientras lee uno de los paneles explicativos.
—Sí, y fue un trabajo gigantesco. Tardaron muchos años en terminarlo, y miles de personas trabajaron aquí —añade Marta, mirando una maqueta del canal.
Después de explorar las exhibiciones, suben a la terraza de observación donde pueden ver en vivo cómo los barcos pasan a través de las esclusas. La tecnología utilizada es asombrosa, y ambos se quedan fascinados viendo cómo los barcos enormes se elevan o bajan con el cambio de nivel del agua.
—Es como ver magia en acción, pero con ingeniería —comenta Luis, impresionado.
—Sí, es increíble cómo algo tan antiguo sigue funcionando tan bien —responde Marta.
Tras pasar varias horas en el canal, deciden regresar al centro de la ciudad para conocer el Casco Viejo. Esta parte histórica de la ciudad tiene calles empedradas, edificios coloniales y pequeñas plazas llenas de vida. Marta y Luis caminan por las calles, admirando la arquitectura y disfrutando de un ambiente más tranquilo que en el centro moderno.
—Me encanta cómo todo aquí tiene tanta historia —dice Marta, mientras pasan por una iglesia antigua.
—Es como estar en dos ciudades diferentes al mismo tiempo —responde Luis, fascinado por el contraste entre lo moderno y lo antiguo.
En una pequeña plaza, deciden sentarse en un café y probar un plato típico de Panamá: ceviche. Aunque ya lo habían probado en México, el ceviche panameño tiene su propio estilo, más simple pero igual de delicioso.
—Este ceviche está buenísimo —comenta Luis, disfrutando de su plato.
—Cada país tiene su propia forma de preparar las cosas, y es genial poder probarlo todo —responde Marta, saboreando su comida.
Después de un rato de descanso, deciden seguir explorando el Casco Viejo. Caminan hasta llegar al paseo marítimo, desde donde tienen una vista espectacular de los rascacielos del centro de la ciudad a lo lejos. El contraste entre lo antiguo y lo moderno es aún más evidente desde aquí.
—Es impresionante cómo una ciudad puede tener tanta diversidad en un solo lugar —dice Luis, mientras toma algunas fotos.
—Sí, y eso es lo que hace que viajar valga la pena. No es solo ver lugares, es entender cómo las culturas y las historias se mezclan —responde Marta, admirando el paisaje.
El día pasa rápidamente, y cuando cae la tarde, deciden regresar al hotel. Están cansados, pero satisfechos con todo lo que han visto y aprendido en Ciudad de Panamá.
—Hoy ha sido uno de esos días en los que realmente sientes que has aprendido algo nuevo —dice Luis, mientras caminan de vuelta al hotel.
—Sí, y eso que solo hemos visto una parte de la ciudad. Aún nos quedan muchas cosas por explorar —responde Marta, ya pensando en el día siguiente.
De vuelta en el hotel, se sientan en el balcón a descansar, mientras ven cómo las luces de los rascacielos iluminan el horizonte de la ciudad. Marta y Luis se sienten pequeños frente a la inmensidad de la ciudad y el canal, pero también llenos de energía por las nuevas experiencias que les esperan.
—Cada lugar que visitamos me sorprende más —admite Luis, tomando un sorbo de su bebida.
—Eso es lo mejor de viajar. Siempre hay algo nuevo que descubrir —responde Marta, sonriendo.
La Ciudad de Panamá ha sido una experiencia completamente diferente a lo que habían vivido en otros lugares, pero eso es lo que hace que su viaje sea tan especial: la diversidad de cada destino.
Vocabulario importante:
- Rascacielos: Edificios muy altos que dominan el horizonte de una ciudad.
- Esclusas: Estructuras que permiten que los barcos suban o bajen de nivel en un canal.
- Maqueta: Modelo a escala que representa una construcción o estructura.
- Ceviche: Plato típico de pescado marinado en limón, popular en varios países de América Latina.
- Casco Viejo: La parte histórica de una ciudad, normalmente con edificios antiguos y calles estrechas.
Preguntas de comprensión:
- ¿Qué es lo primero que notan Marta y Luis al llegar a Ciudad de Panamá?
- ¿Por qué deciden visitar las Esclusas de Miraflores?
- ¿Qué es lo que más les impresiona del Canal de Panamá?
- ¿Qué les gusta a Marta y Luis del Casco Viejo?
- ¿Cómo describen la diversidad de Ciudad de Panamá?
Capítulo 9: Una despedida en Lima
Después de su estancia en Ciudad de Panamá, Marta y Luis vuelan hacia su último destino: Lima, la capital de Perú. Es su última parada antes de regresar a España, y ambos quieren aprovechar cada momento. Lima es una ciudad llena de historia, cultura y una gastronomía famosa en todo el mundo, algo que Marta y Luis están deseando experimentar.
Al llegar a Lima, se dirigen al barrio de Miraflores, una zona moderna y vibrante junto al océano. Su hotel tiene una vista espectacular del mar, y desde la ventana de su habitación pueden ver el malecón y los surfistas desafiando las olas.
—Este lugar es hermoso —comenta Marta, mirando el atardecer sobre el océano Pacífico.
—Sí, creo que esta es la mejor manera de terminar nuestro viaje —responde Luis, sonriendo.
El primer día en Lima lo dedican a explorar el centro histórico. Caminan por la Plaza Mayor, rodeada de edificios coloniales, entre ellos la Catedral de Lima y el Palacio de Gobierno. Marta, como siempre, está fascinada por la historia del lugar.
—Es impresionante pensar que estas calles tienen cientos de años de historia —dice Marta, mientras toma fotos de la catedral.
Luis, aunque también está disfrutando, tiene una cosa en mente: la comida peruana. Han escuchado maravillas sobre la gastronomía del país, y hoy están decididos a probar uno de sus platos más famosos: el ceviche.
—He estado esperando este momento desde que llegamos —admite Luis, mientras buscan un restaurante recomendado por los locales.
Llegan a un pequeño restaurante en el barrio de Barranco, famoso por su ambiente bohemio y sus vistas al mar. El lugar está lleno de gente, lo que solo aumenta las expectativas de Marta y Luis. Se sientan en una mesa cerca de la ventana y pronto un camarero les sirve dos platos de ceviche fresco, acompañado de camote y maíz tostado.
—Este es el mejor ceviche que he probado en mi vida —exclama Luis, después de la primera mordida.
—¡Es delicioso! La combinación de sabores es increíble —responde Marta, disfrutando cada bocado.
Después de la comida, deciden caminar por el malecón de Barranco, disfrutando de la brisa marina y las vistas del océano. A lo lejos, ven los acantilados y el famoso Puente de los Suspiros, un lugar romántico y lleno de leyendas.
—Dicen que si cruzas el puente sin respirar, se cumplirá un deseo —explica Marta, mientras se acercan al lugar.
Luis sonríe y la desafía.
—¿Quieres intentarlo?
Ambos cruzan el puente, aguantando la respiración y riendo en el proceso. Aunque no están seguros de si sus deseos se cumplirán, el momento es divertido y lleno de complicidad.
—No sé si funcionará, pero al menos lo intentamos —dice Luis, riendo mientras llegan al otro lado del puente.
A medida que cae la noche, deciden regresar al hotel. Mañana es su último día en Lima, y aunque están un poco tristes de que el viaje esté llegando a su fin, ambos saben que han vivido experiencias inolvidables.
El día siguiente lo dedican a una actividad muy especial: aprender a hacer ceviche. Marta encontró una clase de cocina local, y ambos se inscribieron para aprender a preparar el plato peruano más famoso. El chef, un hombre simpático y apasionado por la cocina, les da la bienvenida a un pequeño restaurante donde comienza la clase.
—Hoy aprenderemos a preparar el ceviche tradicional peruano. Es un plato simple, pero requiere técnica para lograr el equilibrio perfecto de sabores —explica el chef mientras organiza los ingredientes.
Marta y Luis, emocionados por la experiencia, siguen las instrucciones del chef mientras cortan el pescado fresco, exprimen limones, y mezclan todo con cebolla, ají y cilantro. Al final, cada uno tiene su propio plato de ceviche.
—¿Qué te parece? —pregunta Marta, probando su creación.
—Está delicioso, pero no tan bueno como el que probamos ayer en el restaurante —responde Luis, riendo.
—Eso es porque somos principiantes, pero con práctica lo haremos mejor —añade Marta, satisfecha con el resultado.
Después de la clase de cocina, se despiden del chef y regresan al hotel, donde empacan sus cosas para el viaje de regreso a España. A pesar de la tristeza de dejar Lima, sienten que han aprovechado al máximo cada momento.
Esa noche, mientras ven el atardecer por última vez desde el malecón, Marta y Luis reflexionan sobre todo lo que han vivido durante su viaje por América Latina.
—Hemos aprendido tanto, no solo sobre estos países, sino también sobre nosotros mismos —dice Marta, mirando el horizonte.
—Sí, este viaje me ha cambiado. He aprendido a ser más abierto, más aventurero. Gracias a ti —responde Luis, agradecido por haber compartido esta experiencia con su mejor amiga.
—Y tú también me has enseñado mucho. Viajar contigo ha sido una experiencia increíble —añade Marta, sonriendo.
Al día siguiente, toman el avión de regreso a España. Aunque el viaje ha llegado a su fin, ambos saben que los recuerdos de estas aventuras les acompañarán siempre, y que han crecido de maneras que nunca imaginaron.
Vocabulario importante:
- Malecón: Paseo junto al mar, normalmente utilizado para caminar y disfrutar de la vista.
- Catedral: Iglesia grande y principal de una ciudad, generalmente de estilo colonial.
- Ceviche: Plato típico de Perú, hecho con pescado crudo marinado en jugo de limón.
- Puente de los Suspiros: Lugar turístico en Lima, conocido por sus leyendas y su belleza.
- Camote: Un tipo de batata dulce que se sirve como acompañamiento en muchos platos.
Preguntas de comprensión:
- ¿Qué les impresiona a Marta y Luis al llegar a Lima?
- ¿Cuál es el plato que Marta y Luis están ansiosos por probar en Perú?
- ¿Qué leyenda acompaña al Puente de los Suspiros?
- ¿Qué hacen Marta y Luis en su última actividad en Lima?
- ¿Cómo se sienten Marta y Luis al final de su viaje por América Latina?
Capítulo 10: Regreso a casa
El avión despega del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima, llevándose a Marta y Luis de vuelta a España. Después de semanas viajando por América Latina, el momento de regresar a casa ha llegado. Mientras el avión atraviesa las nubes, ambos se sienten tranquilos, pero no pueden evitar reflexionar sobre todo lo que han vivido.
—Parece increíble que ya estemos de vuelta en el avión, ¿no? —comenta Luis, mirando por la ventana.
—Sí, ha pasado todo tan rápido, pero al mismo tiempo, siento que hemos vivido una vida entera en estas últimas semanas —responde Marta, sonriendo.
Durante el vuelo, conversan sobre los momentos más memorables de su viaje. Desde el caos y la energía de Ciudad de México, hasta las antiguas ruinas mayas en Tulum, pasando por la música y la fiesta en Guadalajara, y las playas paradisíacas de Cancún. Cada lugar fue único y dejó una marca especial en sus corazones.
—¿Sabes qué fue lo que más me gustó? —pregunta Luis—. La gente. Todos los que conocimos fueron tan amables y siempre dispuestos a ayudar. Creo que eso hizo que el viaje fuera tan especial.
—Estoy de acuerdo. Además, también me impresionó cómo cada país tiene su propia cultura, pero al mismo tiempo, todos comparten un espíritu similar: una calidez y una alegría que es contagiosa —añade Marta.
El vuelo es largo, pero aprovechan el tiempo para dormir un poco. Mientras Marta se duerme, Luis se queda pensando en cómo este viaje ha cambiado su perspectiva de muchas cosas. Al principio, estaba nervioso por salir de su zona de confort, pero ahora se siente más seguro y dispuesto a enfrentar cualquier desafío.
Cuando finalmente aterrizan en Madrid, el sentimiento de nostalgia es inevitable. Aunque están contentos de estar en casa, también saben que extrañarán las aventuras y los momentos que compartieron.
—Bueno, aquí estamos. De vuelta a la realidad —dice Luis, recogiendo su maleta.
—Sí, pero creo que la realidad será un poco diferente ahora. Hemos cambiado —responde Marta, con una sonrisa.
Después de pasar por la aduana, salen del aeropuerto y toman un taxi hacia el centro de Madrid. El día está soleado y el aire fresco de la mañana los despierta por completo.
—Se siente raro estar de vuelta, ¿no? —pregunta Luis, mirando las calles familiares.
—Sí, pero también es bueno. Creo que después de viajar, valoras más las cosas cotidianas, como caminar por estas calles o ver a la gente de siempre —responde Marta.
Cuando llegan a sus casas, se despiden con un abrazo.
—Gracias por este viaje, Luis. No lo habría disfrutado tanto sin ti —dice Marta, sinceramente.
—Yo debería agradecerte a ti. Fuiste la que me convenció de salir de mi zona de confort. Y ahora, no puedo esperar a planear el próximo viaje —responde Luis, sonriendo.
—¡Ya estamos pensando en el próximo! —ríe Marta—. Pero sí, definitivamente tenemos que seguir explorando el mundo.
Durante los siguientes días, ambos se adaptan nuevamente a sus rutinas, pero todo parece diferente. Los recuerdos de los lugares que visitaron y las personas que conocieron están frescos en sus mentes. Las fotos del viaje decoran sus teléfonos, y cada vez que las miran, reviven esos momentos especiales.
Unas semanas después, Marta y Luis se reúnen en su cafetería favorita en Madrid. Tienen muchas cosas de las que hablar, pero inevitablemente, la conversación vuelve al viaje.
—He estado pensando en todo lo que aprendimos durante el viaje —dice Luis—. Creo que no solo fue divertido, sino que realmente me hizo crecer como persona.
—Estoy de acuerdo. Aprendimos a adaptarnos, a resolver problemas, y sobre todo, a disfrutar cada momento, incluso cuando las cosas no salían como esperábamos —añade Marta.
Luis asiente, recordando los contratiempos que enfrentaron, como el problema con el hotel en Cancún o la tormenta inesperada en la playa. Pero ahora, esos momentos que parecían complicados son parte de lo que hizo el viaje inolvidable.
—A veces, lo que no planeas es lo que más recuerdas —dice Luis—. Esos momentos inesperados fueron los que hicieron que el viaje fuera único.
Marta sonríe y levanta su taza de café.
—Por más viajes inesperados en el futuro —dice, haciendo un brindis simbólico.
—¡Por más aventuras! —responde Luis, chocando su taza con la de Marta.
Aunque el viaje ha terminado, ambos saben que las experiencias y lecciones que aprendieron se quedarán con ellos para siempre. Ya están pensando en nuevos destinos, en nuevas aventuras, y en más formas de seguir descubriendo el mundo juntos.
El mundo es grande, y aunque han visto una pequeña parte de él, ahora saben que hay mucho más por explorar. Con cada nueva aventura, aprenderán más sobre los demás, sobre las culturas que visitan, y, sobre todo, sobre sí mismos.
Y así, mientras el sol brilla en Madrid y la vida continúa, Marta y Luis sueñan con los próximos destinos que los esperan. Porque para ellos, el viaje no ha terminado, solo ha hecho una pausa.
Vocabulario importante:
- Aduana: Lugar en el aeropuerto donde revisan los documentos y pertenencias de los pasajeros al entrar o salir de un país.
- Maleta: Equipaje utilizado para llevar ropa y otros objetos durante un viaje.
- Nostalgia: Sentimiento de tristeza o melancolía al recordar algo que ya ha pasado.
- Zona de confort: Situación en la que una persona se siente cómoda y no enfrenta retos o riesgos.
- Brindis: Acción de levantar una copa o taza para celebrar o desear algo bueno.
Preguntas de comprensión:
- ¿Cómo se sienten Marta y Luis durante el vuelo de regreso a España?
- ¿Qué le impresionó más a Luis de su viaje por América Latina?
- ¿Qué piensa Marta sobre cómo el viaje ha cambiado su perspectiva?
- ¿Qué hacen Marta y Luis unas semanas después de regresar a España?
- ¿Qué planes tienen para el futuro?